Fisurar
dicen que es como llorar
con cada parte de tu cuerpo
Fisurar
dicen que es como quedar atrapado
por el foso de una gran languidez,
hija de una adrenalina tal
que hace bien,
pero enseguida te condena.
A eso le llaman fisurar
Fisurar
dicen que es como meterse en la ducha
y sentir como que te quemás,
sin importar que esté tibia, esté fria,
aunque salga mortal,
igual temblarás,
cual fantasma de la oscuridad;
aunque sea el mejor día de sol,
dicen que vas a fisurar.
Fisurar
dicen que es más que anhelar tu candor,
que ayer sonreía.
Fisurar
dicen que es levantarse a escuchar
qué tenés que hacer,
pero un poco más.
Dicen que es recibir muchos roscazos
que vienen de adentro de vos,
puching ball de tantas horas de aberración
e interminables confesiones y promesas
que te ayudan sólo a fisurar.
Dicen que después de los grandes momentos
hay un vacío, que podés alimentar
si tenés suficientes ganas de sufrir
y explorar hondo en todas tus miserias,
que van por aquí, que están por allá.
¿Dónde? ¡Que no las veo?
Se dice que puede durar dos días enteros,
quizás también toda tu vida,
eso depende de lo que hayas hecho
y no es sólo el vil metal.
¡Se puede fisurar
por tantas cosas que te hacen fisurar!
Dicen que todo tiene un precio
- y no se trata del billete que se voló -
hay muchas ventanillas para pagar
los platos rotos de esas noches de gloria.
Dicen que el sueño te puede enderezar,
mimarse a uno mismo es fundamental.
Si tenés a alguien que te pueda aguantar
o a un psicólogo a quien fisurarte.
Mucho mejor si es con la mina que amás,
nunca te pierdas esa oportunidad,
y, si hablamos de la Reina del Mal,
tenés que huir de la ciudad.
Fisurar
dicen que es padecer sacrificios, ausencias
o euforia total,
y todo tipo de encierros,
tristezas o felicidad,
que te suele mostrar,
al otro día, sus dientes bien afilados
y, de ahi, te empieza, lentamente, a asesinar.
Y ahí te empieza lentamente a asesinar.
Eso se llama fisurar;
a eso le dicen fisurar;
a eso le dicen fisurar.
¡Fisurar!¡Fisurar!