Y ahora sé que la censura
en esta dura realidad
me va a buscar.
Ir sin pausa de tus manos
a las calles; tal vez,
me pueda salvar.
Me emborracho y el alcohol
de esta locura no sé si va a
terminar.
Y entre mareos y caídas,
es tu gente la que vuelve a
cantar.
Soy la canción que acompaña
al valor, el de tu corazón.
Me presento y así, desde ahora,
tendrás algo más que tu voz.
Puede que la daga impresa
del mediocre
nunca llegue a lastimarme,
mientras tu imaginación
esté conmigo
me rescate y me lleve
a un lugar tan hermoso y lejano
casi como un paraíso
dónde seguro encontraré
la libertad, el recuerdo,
el presente y quizá,
lo que vendrá.
Hasta siempre,
se despiden ya mis versos
(sólo soy una canción).
Si la vida y la política
lo aceptan, volveré
a brillar con vos.
Desde ahora vivir
en tu boca, será
mi destino mejor.