En la lata la quedó
y en su mundo se encerró.
Y en su ceremonia hace cenizas.
Ya se cansó de encerrarse así.
Tiene miedo que golpeen esa puerta
y del balcón
saca la cabeza
para espiar mejor.
Mira si alguien viene
y avisa: "andá fumando
más, que hoy vas a volver
hasta allá otra vez.
No contestés duende,
andá y traela ya
que la espera
es eterna una vez más".
Tanta lata lo dejó
sin respuestas
y sin pulmón.
Ahora se arrepiente
y es muy tarde.
Ya no le importa
cuanto tiene que pagar
solamente piensa
es eso, poco
seso va a quedar.
Las fábulas, los cuentos de hadas,
ya no hacen efecto en mi ciudad.
A base de base
(el enjuague de hoy),
no hay miseria peor por pasar.