¿Veis? ya lo decía yo.
Ya estamos otra vez como todos los días.
El ojo morado, el labio partido.
Nos echamos a la calle y nos hacen picadillo.
A la Asociación de Amigos del Nudillo
que tiene el placer de invitarle a usted
a su fiesta anual que será una bacanal,
una orgía de golpes, de huesos que crujen.
Con plaza reservada en el hospital.
Fatal. Vamos a acabar muy mal.
Golpeo tus nudillos con mis morros.
Es la hora de los mamporros.
Pégale al ruido.
Vamos otra vez.
Soy un poco autista pero ejerzo de astronauta.
Me deslizo por la pista con la vista y por la pauta.
Y todo se me escapa por la tapa de la capa.
Si me aplican la terapia me suicido haciendo ruido.
Hace tiempo que me he ido, voy buscando el bellocino.
Si es de oro será fino, si es de barro será guarro.
Y cargo con la tropa y lo celebro con la copa
porque llego muerto al puerto, y es allí donde me amarro.
Neptuno sólo hay uno, Poseidón tiene algo y tiene.
¿Dónde vas con mantón de Manila?
¿Dónde están las llaves, matarile, corre y dile?
Que algo está manipulao, que este cuento se ha acabao.
Colorín colorao, que me voy por donde vine.
Si no me vengo me hubieran matado.
Golpeo tus nudillos con mis morros.
Es la hora de los mamporros.
Pégale al ruido.
Vamos otra vez.
¡No te atreverás a pegar a un hombre con gafas!
¿O sí? Serás capaz, rapaz, tengamos la fiesta en paz.
Atízame de plano pero no me des la vara
porque estoy preparando mi terrible venganza
digna de reencarnación. Vargas, amigo mío donde los haya,
escúchame ahora en San Jerónimo
Epitafio del diablo Martínez porque
voy a golpear tus nudillos con mis morros.
Es la hora de los mamporros.
Pégale al ruido.
Vamos otra vez.