Tu voz ahogando mi garganta,
se desliza donde más quiere herir.
La siento pesando en mi espalda,
me impide moverme y seguir.
Tú eres mi muro, eres el peso de mi pedal.
Yo sigo forzando la rueda
al enredo en el que estás.
Tendremos que huir,
yo tomo el barco y tu el avión.
Para llevarme los trocitos de lo que quedó.
Y así no me apuro,
porque eres el peso de mi pedal.
Tendré que arrastrarte a mi rueda
y rodarte con los demás.
Y a un paso de no darme cuenta,
había otro sabor sobre tí.
Me dejaste detrás de la puerta,
y a la fuerza no la pude abrir.
Y un beso se robó la calma,
la culpa y la risa.
Y te olvidaste de lo que
significabas para mí
Uuuuh...
Sacarme de a poco tu esencia
y vestirme en lo que te escribí.
Tu nombre apegado a mis yemas
en las hojas enteras que di.
Ya no quiero hablar de mis penas
ni que fuerces mi pedal.
Veré que hacer con mi rueda,
tú quédate donde estás.
Y empiezo a borrar mis palabras
aunque tenga mucho más que decir.
La culpa queda en tus labios que
no hicieron más que mentir.
Y miro hacia atrás tan distinto,
con culpa y con risa.
Y te olvidaste de lo que
significabas para mí.
Y te olvidaste de lo que
significabas para mí.
Uuuuh...
Y te olvidaste de lo que
significabas para mí.
Y te olvidaste de lo que
significabas para mí.