Toreando el Destino (En Vivo en el Teatro Real) - El Barrio

Ay amor, hoy por ti

siento que no soy feliz.

A veces tengo que dar la razón

para no ponerme en la balanza de un querer

que me aprieta y desmorona.

Mal fin tenga tu persona

Ahora por fin que ya no te siento,

ya no le temo ni a tus vanidades.

Mira que nunca sembré fuertes vientos,

y siempre contigo recogí tempestades.

Y ahora por fin que ya no te siento,

se han jubilado el demonio y mis males.

Ahora por fin que no hablan tus besos,

ahora mis sueños tienen mil finales.

Y si el olvido hizo de mí

el estandarte que tuvo la pena,

hoy he aprendido por fin a sonreír,

saqué mi alma de esta cuarentena.

Mis ansiedades saben sobrevivir

sin condiciones ni tantas cadenas.

Hoy he escuchado hasta a mi boca decir:

En paz con Dios terminó esa condena.

Por la puerta toriles salió mi destino,

su pelo delata era negro bragao,

altito de cara pitones astifino,

semblante nervioso bien amorrillao.

Mi miedo lo espera en las tablas 'escondío',

mitad 'emblanquecío' y mitad 'colorao'

y bajo la montera ya no escondo mi sinom.

Vestido de luces presente y pasado.

Noches, Luna y olivos

que son las noches que paso contigo

anda, la luna asoma

camino largo de ver tu persona.

Anda, no desesperes

que por la noche mi cariño hiere.

Pase usted por los molinos

y le dice a la molinera

que ya no quiero estar con ella.

Que por mi cuerpo dice que se desespera

y yo no quiero dormir con ella.

Ahí viene mi compadre

con abanicos dale que dale.

Quédate

no ves que estoy muy solo.

Quédate

hoy me asusta el silencio.

Quédate

y sueña tú conmigo.

Quédate

y déjame dormido.

Quédate

me encuentro algo vacío.

Quédate

y sueña tú conmigo.

Qué bonito, escuchando la lluvia a tu ladito.

Qué soniquetazo tenían tus manos, Manuel mío.

Un placer rozarte sentir tu persona ay amigo mío.

Y en tu nombre repican campanas de glorias

con mil cascabeles.

Y los gitanos te lloran por los quereles.

Ay mora, mora moraíto, Santiago te tiene

en su corazoncito.

Lástima de relojero, que ya no para las horitas

para la personita que yo más quiero.

Redonda como el melocotón,

tiene mi niña la cara

redondita como el melocotón.