Soy tan fuerte,
y me lo he demostrado, porque sigo entero a pesar de haber perdido montones de cachos.
No soy más fuerte que tú, no soy más astuto, no soy más sabio, pero soy yo, y he aprendido que yo tengo el control, que yo me dirijo, que yo mando.
Admiro a la gente tajante que lo tiene todo súper claro; yo soy mucho más lento que ellos: me paso la vida rectificando.
Cosas que me han encantado las he terminado odiando, y por matarame en tener cuidado, a veces, la terminé cagando.
Pero soy fuerte y no porque nada pueda romperme,
hoy soy fuerte porque acepté que romperse de vez en cuando es inevitable.
Ya no me asusta equivocarme, no voy a volver a engañarme diciéndome que no caeré, porque sí que caeré
caeré y volveré a levantarme.
Ya no me sentiré fuerte por conseguir superar los baches, porque hoy sé que no hay otra opción, que la vida es eso, es un ciclo constante.
Soy fuerte, porque he decidido sentirme así y punto.
Soy fuerte, me gusto.
No sé si será verdad, o no, pero estoy obligado a convivir conmigo mismo, y sintiéndome fuerte me siento más a gusto.
