He oído decir que no hay nada que no puedas conseguir.
Pero tampoco es eso.
Es cierto que es importante que creas en ti,
es cierto que hay mucho poder aquí dentro,
es cierto que hay muchas cosas que sí que se pueden conseguir, y es cierto que si quieres algo, tienes que ir por ello.
Pero tampoco hay que volverse loco.
Cuando creemos que el éxito consiste en conseguirlo todo, inevitablemente nos convertimos en fracasados nosotros solos, porque es imposible conseguirlo todo.
Y no pasa nada, es más, está bien.
La frustración de no alcanzar una meta es una lección fundamental para crecer.
¿Desagradable? Sí.
Pero inevitable, porque estamos hechos para desear, estamos hechos para conseguir,
pero también para no alcanzar las tres cosas por igual, es así de fácil.
La buena noticia es que el es fracaso no es eso tan horrible y tan malo que siempre nos han pintado.
Es, simplemente, otro más de los estados por los que tenemos que ir pasando.
Tú, yo, Bill Gates y Beyoncé, todos.
Fracasar no significa ser un fracasado,
significa ser humano.
Yo soy humano, y no pasa nada, de vez en cuando fracaso.
