Muere el silencio
conmigo dentro,
muere el día y, esta vez,
quiero ver amanecer
seguro y lento.
Llega el momento
de olvidarme de la luz,
de la calma y la salud.
Voy de la mano de la noche hacia ningún lugar,
ya he aprendido lo que el día me quiso enseñar.
Y ya no tengo fuerzas para nada más,
estoy cansada de atender,
estoy cansada de escuchar.
Ojos abiertos
sueñan despiertos
cuando no hay nada mejor
que la noche y su calor.
Rompe el silencio
conmigo dentro,
y el que no quiera venir
que duerma por ti y por mí.
Voy de la mano de la noche hacia ningún lugar,
ya he aprendido lo que el día me quiso enseñar.
Y ya no tengo fuerzas para nada más,
estoy cansada de atender,
estoy cansada de escuchar.