Y voy a llorar esta noche mi amor
si pierdo tu nombre en el fuego;
y voy a perderme este frío sin Dios,
un cortocircuito y anhelos.
El agua que calma,
la fiebre que empeora,
la palabra que asesina.
Siempre hacia abajo,
tocando hacia arriba,
te adivino, me adivinas.
Sí llevo la marca del frío sin fin
del rubor del beso ardiente.
Sí dejé sobre tu mesa de luz
los inolvidables de siempre.
Y voy a reírme esta noche mi sol
si encuentro tu nombre en el cielo
y voy a encontrar mil cerezas en flor
si brilla tu cara en mi lecho.
El agua que calma,
la fiebre que empeora,
la palabra que asesina.
Siempre hacia abajo,
tocando hacia arriba,
te adivino, me adivinas.
Sí llevo la marca del frío sin fin
del rubor del beso ardiente.
Sí dejé sobre tu mesa de luz
los inolvidables de siempre.
Y todavía llevo en mi bolsillo izquierdo
los versos que escribiste,
los versos que yo anhelo...
Y todavía llevo en mi bolsillo izquierdo
los versos que escribiste,
los versos de tus sueños...
Hombrecito luz, tratando de olvidar
los versos que escribió
para su soledad.