Solo, sin mucha prisa
se le ve recorriendo la ciudad,
un alto y de repente,
se viste de curiosidad,
elogios y una sonrisa,
surge el encanto sin más tardar.
Quién se arriesgaría a detener
lo que ya en marcha está?
Quién se atrevería
a abandonar solo una oportunidad?
Lo pintoresco está a plena vista,
ya las heridas se alejarán.
No tengo ningún desvío,
ningún destino en especial,
los sueños son instrumentos
de cuerda y viento que nos guiarán.
Tiene a nuestra dicha
ya casi un siglo de atravesar,
por cumbres, calles estrechas,
puentes antiguos y mucho más.