Caníbales con disfraces finos y elegantes llegan a la fiesta.
Caminando por la calle, vienen de una forma, llegan a la puerta.
Dejan problema de lado, la escuela, el trabajo, estamos de fiesta.
Todas las manos arriba, los ojos encima, ¿dónde está mi presa?
Si tu mujer tiene hambre,
dale, dale, dale de comer.
Si tu hombre tiene hambre,
dale, dale, dale de comer.
Si todos tenemos hambre,
alguien, alguien, alguien tiene que ser
el que nos quite el hambre,
pero no cualquiera puede saciarnos bien,
puede saciarnos bien, puede saciarnos bien, puede saciarnos bien.
Música, dientes y pasos, el ritmo caliente, suenan los tambores.
¿Dónde están los tenedores? La mesa servida, me falta el cuchillo.
Se te cae la saliva, ¿cuál es la salida para tanta hambre?
Cada uno que elija y lo que le sirva que se haga el valiente.
Si tu mujer tiene hambre,
dale, dale, dale de comer.
Si tu hombre tiene hambre,
dale, dale, dale de comer.
Si todos tenemos hambre,
alguien, alguien, alguien tiene que ser
el que nos quite el hambre,
pero no cualquiera puede saciarnos bien,
puede saciarnos bien, puede saciarnos bien, puede saciarnos bien.
Yo quiero
que tu boca se pegue a la mía como chicle nuevo,
que la tómbola de la vida ya no deje girar,
que el papel con tu nombre se mezcle con muchos más,
y que caiga, y que caiga, pero pocos van a durar.
Hoy día te vine a ver, y ya lo ves, con la media pinta, y tú
no dejas ver, que estás también, más linda que nunca.
Si tu mujer tiene hambre,
dale, dale, dale de comer.
Si tu hombre tiene hambre,
dale, dale, dale de comer.
Si todos tenemos hambre,
alguien, alguien, alguien tiene que ser
el que nos quite el hambre,
pero no cualquiera puede saciarnos bien,
puede saciarnos bien, puede saciarnos bien, puede saciarnos bien, puede saciarnos bien.