Las doce marcaba, el reloj de la sala;
prendido de sueño la luz apague;
cuando oir una fuerte voz, que me llamaba;
y aparecioseme Lúcifer.
¡No tiembles de miedo!
Me advirtio-Que es Falso,
lo que te han contado los curas de mi-
-Conozco tus trucos- le dije al Diblo;
-Buscate otro Fausto y dejame dormir-
-El cielo que sueñas- contesto enfadado
¡Es un club privado de gente formal!
-Yo vengo a llevarte de viaje conmigo,
al país del que nadie ha vuelto jamas-
Y entonces tocó su mano,
y en el espacio me encontre,
volando con alas de espuma,
mirano la Tierra a mis pies.
La la la.
La la la.
Enjambres de estrellas cruzamos veloces,
mientras en mi oido sonaba su voz.
-Hace muchos siglos- me dijó
-En el cielo hubo una sangrienta revolución-
-Un grupo de angeles nos levantamos,
contra el poder absoluto de Dios-
-Como todo vencido conocí el exilio,
la calumnia, el odio y la humillación-
-Pero te aseguro, que de haber ganado,
ni muerte, ni infierno,
ni cinco, ni dos,
ni tuyo, ni mio,
ni odio, ni trabajo-
-Habrian existido ni Diablo, ni Dios-
-Dejame vivir contigo, Demonio amigo-
Suplique -No me hagas volver a la vida,
perdida ya mi antigua fé-
Escuchose entonces un barbaro trueno,
en mi cama sudando me vi despertar,
mi amigo el Diablo se esfumo gritando
¡Cuenta lo que sabes a la humanidad-
Desde entonces robo, bebo, mato,
arrastro, una miserable vida criminal,
se que a la muerte me estara esperando,
en el dulce infierno mi amigo Satan.
Si, esto que les cuento,
es una historia cierta,
ustedes si quieren me creen o no,
pero no le cierren la puerta al Diablo,
si llama una noche a su habitación.