Alerta por Mi Ciudad - Jorge Velosa

ALERTA POR MI CIUDAD

La señora mi ciudad,

oh señora mi ciudad,

usted me perdonará,

pero tengo que decirle,

unas cuantas y otras tantas

que le tengo guardaditas

dende que de la tierrita

me obligaron a venime;

pa´ empezar la guecamenta

que hay por tuitico lado,

tan grandes y tan profundos

que ya cabe uno parado,

el agüita que escasea,

la jalta del alumbrado,

los arriendos por las nubes,

los impuestos desbocados,

unos barrios tan bonitos,

otros que son un pecado,

y del sueldo pa´ que hablamos

si no va ni pa´l mercado.

coro

Y eso es lo que a yo me aflige,

y eso es lo que me embejuca,

que pudiendo ser bonita

la vida sea tan maluca,

eso es lo que a yo me aflige,

eso es lo que me aporrea,

que pudiendo ser bonita

usted siempre ta más fea.

La señora mi ciudad,

oh señora mi ciudad,

y si juera eso nomas,

me daría por bien servido,

pero no sé por qué diablos

es que hacemos tantos ruidos,

sino es el pito, el parlante,

sino el bafle, la corneta,

sino las motos, los carros,

con esa su cantaleta,

tampoco comprendo yo,

porque somos tan vejigos,

pues tuitico lo que vemos,

lo vamos volviendo añicos,

un parque no dura un día,

un baño ni la postura,

un teléfono lo esmochan,

todos hacemos basura,

como si fuera poquito

tenerla hasta la cintura.

La señora mi ciudad,

oh señora mi ciudad,

naiden respeta las normas,

ni chojeres, ni peatones,

cada uno tiene su ley,

y la ley de vacaciones,

el transporte es la locura,

no hay aire pa' respirar,

los andenes son privados,

no hay por onde caminar,

donde quera que uno vaya

esta la inseguridad,

que uno ya hasta desconjia

hasta de la mesma autoridad,

tampoco entiendo porque,

hay tanta gente jodida,

tanta gente por la calle,

rebuscándose la vida,

vendedores ambulantes,

en los buses los cantantes,

limosneros, cuida carros,

limpia vidrios, limpia espejos,

limpiadores de bolsillo,

no me crean tan pendejo.

La señora mi ciudad,

oh señora mi ciudad,

sinceramente le cuento

que hay mucho más por decir,

pero mejor me lo cayo,

pa´ no verla más sufrir,

y ya descanse una migaja

de tanto y tanto dolor,

usted verá si se alivia

o sigue de mal en peor.