Hoy, después de tanto tiempo
vuelven a mis cenas las penas de amor.
Pero recuerdo esa tarde,
lo que en esa puerta ella me prometió.
De tanto mirarlo, un día
me superó tanto mi imaginación.
Quiero darle tantas veces,
ponerla de espaldas y sacarle un chichón.
Ay, como pienso en él, mi amor,
esa fruta prohibida me quiero comer yo.
Frente a Dios, yo le declaro mi amor,
a ese culo tan divino que él te lo donó.
Le rezo todas las noches
y siempre me imagino alguna situación.
Quiero hacerle la motoneta
y que su grito sea una plegaria a Dios.
De tanto mirar al cielo
nunca me di cuenta que mi pantalón
iba tomando la forma
de aquella tortuga en su caparazón.
Ay, como pienso en él, mi amor,
esa fruta prohibida me quiero comer yo.
Frente a Dios, yo le declaro mi amor,
a ese culo tan divino que él te lo donó.