Apura los minutos, la madrugada va a llegar:
el barco pirata ya se acerca.
Ajustados pantalones e ilusiones en mi bolsa van.
El viaje comienza, otro día, otra ciudad espera.
Prisas, risas, ahogan el ruido del motor
cansado ya de viajes, de historias, de bailes...
Dejaré mis mensajes en tu botella,
dormiré en cunetas de una estrella,
me ahogaré en tus brazos cada noche,
viviendo bajo luces frente a ti,
sobre tablas que son nubes de mi cielo en vida.
Camarotes embrujados por la luna y sus delirios
contienen los segundo cargados de escalofríos.
Te encontraré perdida, te cantaré al oído,
te contaré mi vida entregado a tus caprichos.
Qué solo queda el barco los domingos:
sin olor a ron, sin sabor a besos de esos que no vuelven.
Qué vacío queda este corazón,
qué vacíos los oídos sin el ruido de tu voz.
Dejaré mis mensajes en tu botella,
dormiré en cunetas de una estrella,
me ahogaré en tus brazos cada noche,
viviendo bajo luces frente a ti,
sobre tablas que son nubes de mi cielo en vida.
Dejaré mis mensajes en tu botella,
dormiré en cunetas de una estrella,
me ahogaré en tus brazos cada noche,
viviendo bajo luces frente a ti,
sobre tablas que son nubes de mi cielo en vida.