Yo sé que esta vez,
no hay tiempo para el delirio.
Y lo que estás por ver,
es el lecho de los decidios.
Sufriendo inclinaré,
mi humildad por lo que digo.
Para poder saber,
que no hay nada que impida hoy;
quitar la máscara de aquel,
que va disfrazado de amigo.
Parece tan real,
como un tonto lo he creído;
pero la farsa, ves,
se ha salido de los estribos.
Al fin encontraré,
la mañana que traiga el niño,
para poder saber;
que no hay nada que impida hoy;
quitar la máscara de aquel,
que va disfrazado de amigo.
Yo sé que esta vez,
no hay tiempo para el delirio.
Y lo que estás por ver,
es el lecho de los decidios.
Sufriendo inclinaré,
mi humildad por lo que digo.
Para poder saber,
que no hay nada que impida hoy;
quitar la máscara de aquel,
que va disfrazado de amigo.