Cuando el fuego se ahoga en unas lágrimas;
cuando ocurra, nada será casualidad;
cuando todo explote y ya no pidas nada,
quizá pueda despegar;
pueda despegar.
Cuando olvidamos en las madrugadas
para siempre doblada una página;
cuando ya no esté esperando nunca nada,
quizá pueda despegar;
pueda despegar.
Cuando el viento se clava en mi garganta,
quedan diez segundos más
para dejarnos quemar
en el último incendio.
Septiembre puede esperar
por nosotros una vez más.
Cuando solo me saques mil zancadas;
cuando esté hecho mierda,
solo Dios dirá
si con todas las cartas volcadas
quizá pueda despegar;
pueda despegar.
Cuando el tiempo se ahoga en mi garganta,
quedan diez segundos más
para dejarnos quemar
en el último incendio.
Septiembre puede esperar
por nosotros una vez más.