Chin, chin, ¡Salud! Hoy brindo por ustedes
y cada que tocamos tu bebes.
Chin, chin, ¡Salud! Hoy brindo por ustedes
y cada que tocamos tu bebes. Levanto mi brazo y brindo por la voz del barrio,
va por el ritmo negro revolucionario
y por llenar un diario sin más compañía
que las musas de mis poesías sobre funkeras baterías.
Por… la melancolía con la que bebo a veces,
la misma que me emborracha hace más de 70 meses;
Porque me beses el alma a mordiscos
y porque gasto ese dinero que tengo en cerveza y discos.
Porque aún resisto miles y miles de misiles
al escribir canciones como cuentos infantiles,
porque destiles tu sonrisa en mi copa
mientras dejo caer mis versos cual besos sobre tu boca…
por almas locas que a su soledad adoran,
por los libros que se lloran y el cine que me enamora,
porque ya es hora de cantar algo sexy
y porque el amor es muy hardcore para un tipo tan Jazzy.
Chin, chin, ¡Salud! Hoy brindo por ustedes… Levanto mi brazo y brindo por el Jazz y el Blues,
por la primer fotografía tomada sin tabús,
por la música de esos crews del Rap de antes.
Brindo por pintores, cinéfilos y cantantes.
Por los Ramones, Los Beatles y los Rollings Stone;
por Billie Holliday y Nina Simone,
por el estilo y la imaginación que dio Ray Charles,
brindo por Janis Joplin, Jimmy Hendrix, Charles Chaplin.
Va por: Parker y por Marley, va por Salvador Dalí,
El Búfalo de la Noche y el director de Amèlie.
Brindo por Spike Lee, Kusturica y Scorsese,
por Frida Kahlo y todo el dolor que en su obra aparece.
Por lo que el tango padece y por Fiodor Dostoiyevski,
un trago de Jack Dani en honor de charles Bukowski.
Por las Calles de Banksy, por Warhol y el Art Pop.
¡Brindo por el amor de mi vida por el Hip Hop!
Chin, chin, ¡Salud! Hoy brindo por ustedes… Levanto mi brazo y brindo por mis alegrías y penas,
sé que no te conozco pero brindo por ti, nena.
Por ese fuego que quema adentro… apenas amas,
porque te sueño en las noches y recuerdo en las mañanas.
Por estas ganas desquiciadas y mudas
de verte cantar en mi cama loquita y desnuda...
por la aventura de navegar en tu ombligo
mientras pretendo convencerte de quedarte conmigo.
Porque te persigo si en mi abrigo entras
y porque sueles verte hermosa caminando en una prenda;
aunque nadie comprenda nuestro idioma y sus deseos,
brindo porque al rapearte hago arte mis coqueteos…
porque te veo y tengo en mis manos el cielo,
el velo de tu dulzura y el aroma de tu pelo;
por este vuelo poético en que vivo
desde el día en que cupido manchó de amor tu vestido.
Chin, chin, ¡Salud! Hoy brindo por ustedes… Chin, chin, ¡Salud! Chin, chin ¡Salud!
Chin, chin, ¡Salud! Chin, chin ¡Salud!
Chin, chin, ¡Salud! Chin, chin ¡Salud!
Chin, chin, ¡Salud! Y cada que tocamos bebes.