Y es que… ya hasta perdí cuadras de mi ciudad.
Se llama El Síndrome de Fregoli, y consiste en que…
Te veo a ti o a lo que eras en calles y carreras,
aceras, carreteras, en tiendas de cremalleras...
en la estratosfera y en ondas rockeras, eres etcétera,
la chica del bus o una cajera. ¡Espera!
Entre cientos, en mis conciertos,
hostales y aeropuertos, dormido y despierto,
en mares y desiertos, en bares abiertos…
en todo tipo de lugares soy un experto para…
ver tu cara o tu pelo.
Ya casi no vuelo desde que estás en el cielo.
¡En estrenos! ¡Entrenos! Y en sitios afines,
te veo en redes sociales aunque me elimines.
A donde vas, de donde vine y no…
creo que alucine, yo, te veo en salas de cine.
En jardines, restaurantes, galerías de arte…
yo desde que te perdí te veo en todas partes.
Mal, ma maldición.
¡Te veo en cada rincón!
Ma, ma, ma maldición. Desde que te perdí te veo en todas partes:
en filas de bancos y en bancos de parques.
Martes, treintas, entras a cada fiesta,
tras puestas del sol y en pelis como extra.
Eres todas y eres cualquiera, te siento en boleros,
te veo en boleras. Sé que eras…
la chica que hace medio minuto pasó a mi diestra,
si estás en siestas, apuesta y modesta… en mis sueños estás.
Viviendo en mi testa y aunque casi no voy
te veo en casinos riendo y haciendo apuestas.
Mi Super Star ¿Hoy dónde vas a estar?
si te veo en cafés y en salas de estar,
al irme acostar, en rings de boxeo,
te veo en museos, en lobbies y en callejones feos,
en coliseos y gasolineras. ¿Sabes?
¡Llevo meses viendo a ti o a lo que eras!
Mal, ma maldición… Mal, ma maldición…