Nunca te callas, vuelves a insistir,
ya ni respetas los días como hoy,
no nos reunimos para debatir
cuestiones de familia que
del antes pasan al después.
Especialista en aumentar la tensión,
tanto si callas como si hablas por dos
todas tus frases siempre acaban con
cuestiones de familia que
se evitan una y otra vez.
Tengo un plan,
digo "lo siento, ya me han vuelto a llamar",
y me levanto haciendo ver que es verdad,
simulacro de evasión
en mi antigua habitación.
Y una voz te dice: "ven ya,
no te hagas notar, hoy no, hoy no".
¿Cómo hablar y estar ausente?
Es mi actitud.
¿Cómo hablar y estar ausente?
Dímelo tú.
¿Sabes a quién te pareces?
¡Yo no quiero parecerme!
¿Sabes a quién te pareces
con tu actitud?
Y ahora tú,
preguntas si aún te aprecio y yo
pretendo desviar la atención
diciendo que ésta no es la cuestión.
Sólo son cuestiones de familia,
son comunes por definición,
en tablas el rencor y el perdón.
¿Cómo hablar y estar ausente?
Es mi actitud.
¿Sabes a quién te pareces?
¿Sabes a quién te pareces?