Nada hay
El mundo no entrega mas que desesperación,
angustia, engaños y tentación,
mas no pertenezco a este mundo de maldad,
pues mi vida escondida en Cristo está.
No hay nada que pueda apartarme de su amor,
es sus brazos eternos seguro estoy.
Estruendo, es fuego, no hay nadie como el Señor,
refugio consuelo de mi corazón, oh Cristo,
tu sangre por mi maldad se derramo, me compraste,
me salvaste y hoy tuyo soy.
No hay nada que pueda apartarme de su amor,
es sus brazos eternos seguro estoy.
Mi refugio es aquel que su vida entrego,
pertenezco a Cristo el es mi Salvador.
Nada en el mundo, vida ni muerte me apartaran,
no habrá enemigo que de tu mano me pueda arrebatar,
ni potestades, ni principados me vencerán,
pues la victoria tu has ganado por la eternidad.
Hoy ya no pertenezco a este mundo de maldad,
pues mi vida escondida en Cristo está.
No hay nada que pueda apartarme de tu amor,
es tus brazos eternos seguro estoy.
Mi refugio es aquel que su vida entrego,
pertenezco a Cristo el es mi Salvador.
El es, El es mi Salvador.