No sé por qué atenta escuchás,
portuguesa linda, mi canción de amor,
si después cuando te pido
que me des un beso, me respondes: ¡no!...
¡Ay de mí! ¡Siempre así!...
Deja de ser caprichosa,
portuguesa y dame de una vez el sí...
En Portugal tengo un nido
hasta ahora abandonado
donde, si escucha el oído
siempre oirás cantar un fado.
Si tú quieres portuguesa,
vamos juntos para allá
y abrazados sentiremos
la canción de Portugal.
Decídete, portuguesa,
que el tiempo se marcha para no volver...
Y el nidito nos espera
y hasta que me muera yo te he de querer.
¡Ay de mí! ¡Siempre así!...
Deja de ser caprichosa,
portuguesa y dame de una vez el sí...
En Portugal tengo un nido
hasta ahora abandonado
donde, si escucha el oído
siempre oirás cantar un fado.
Si tú quieres portuguesa,
vamos juntos para allá
y abrazados sentiremos
la canción de Portugal.
¡Ay de mí! ¡Siempre así!...
Deja de ser caprichosa,
portuguesa y dame de una vez el sí...
Deja de ser caprichosa,
portuguesa y dame de una vez el sí...
Deja de ser caprichosa,
portuguesa y dame de una vez el sí...