Estaba un día tumbado en la Huerta Nuclear
cuando llegó el cartero con la prensa y el pan.
Entre la propaganda una carta emergió
con un extraño timbre que me mosqueó,
podía ser de Hacienda o de Gobernación,
pero al ver el remite mi pulso se calmó.
Era una carta
del Ministro
de la Cultura
y el Bienestar. (bis)
La carta estaba escrita en un tono cordial
con firma garabato y coba Cultural,
decía el señor Ministro que me lo hacía muy bien
que música-vehículo y ambiente fetén.
Cuando llegue Septiembre me quiere recibir
e intercambiar ideas para el porvenir.
Era la carta
del Ministro
de la Cultura
y el Bienestar. (bis)
Estamos en Diciembre de un año después
y con el Ministro nunca conecté.
Contesto a su carta por educación
pero me permito llamar su atención.
No será con cartas como arregle el sector
que nos mande un giro, que nos viene mejor.
Es nuestra carta
para el Ministro
de la Cultura
y el Bienestar. (bis)
