A veces sueñas demasiado, tanto, que lo real no importa, sientes que los dias te transportan, y te sientes solo, apagado, como esta ciudad maldita, que te incita a suplicarles a quienes mas te quitan.Mis lagrimas se han secado, pagué por mis pecados herrados en el pasado pero mirame, aqui sentado tan endeble y bulnerable, callado mientras dejo que el diablo me hable.
Me confunde, su voz me aturde y me abandono, solo si cierro mis ojos veo este trono que merezco pero no lo tengo, jamas pondre mi alma en venta, prefiero ser feliz don nadie a ser leyenda muerta.
Camino lento, y no tan atento aunque lo intento, no me mata el odio ni el lamento solo el tiempo que me arruga, como a un papel inservible, en mares, de irreversibles mares nado yo el impasible.
Niño sensible, el chico travieso y malo, fragil carne y hueso moldeada al palo, pero vivo para contarlo y relatarlo, y se que es tan facil morir que tiemblo solo de pensarlo.
Pero que mas da, mejor nada que esta odisea, y si existe un mas ayá pues bienvenido sea, hoy estoy borroso y el cristal no esta empañado, y es porque alguien se a olvidado del principe destronado, que usa a muñecos rotos y pinta sus sueños rotos en un mundo roto, quebrado por la angustia y otros.
Es la historia silenciosa que a gritos fue castigada, hoy miro entre mis manos y ¿qué encuentro? Nada.
Todos tenemos una historia, que debe ser contada y guardamos un secreto del que nadie sabe nada, hablamos con la almohada pero no responde, la verdad está ahí fuera, pero se esconde.
Todos tenemos una historia, que debe ser contada y guardamos un secreto del que nadie sabe nada, hablamos con la almohada pero no responde, la verdad está ahí fuera, pero se esconde.