De repente en mi cuerpo un subidón
me dirijo hacia la pista para bailar vacilón
pero algo me raya
la moya un montón, ese puto discjockey no se enrolla
el muy cabrón.
Vaya mierda de tema,
es otro puto mix y a mí lo que me gusta son los Public Enemy.
Esos negros rapaos, molan mogollón,
que se meten con los blancos, con los curas,
y con tó. Con tó, con tó, con tó, con tó.
Mi colega, Chato,
me lo aconsejó, coge a ese discjockey, coge y rájalo.
Coge Vikingo y rájalo, rájalo Vikingo.
Mi colega,
Chato, me lo aconsejó, coge a ese discjockey, coge y rájalo.
Se me nubla la vista, vaya apretón,
tengo un bardeo en la mano no sé quién me lo dio.
Mi cerebro, no piensa, hace por recordar.
La bombilla de mi chorla no se puede iluminar.
Un recuerdo borroso lucha por salir,
es una misión suicida que tengo que cumplir,
que tengo que cumplir.
¡Que tengo que cumplir! Pongo duro mi cuello,
aprieto el mentón, me dirijo a la cabina entre todo el rebujón;
doy tortazos y gritos, y abro un sendero,
y a quien no se aparte le rajo el cuello entero.
Ya lo he visto, estoy a dos metros de él,
vaya tío más pringao me lo voy a comer,
me lo voy a comer, me lo voy a comer, me lo voy a comer.
DJ muerto, DJ muerto, DJ muerto,
DJ muerto, DJ muerto, DJ muerto, DJ muerto.
Te engancho
por los güevos, te empiezo a retorcer,
los corto lentamente, ven cabrón vacílame.
Vacílame cabrón,
que te juro por mis muertos que
te voy a cruzar la cara con una buena chivata.
Te engancho
por los güevos, te empiezo a retorcer,
los corto lentamente, ven cabrón vacílame.
Crúzale la cara a ese cabrón,
crúzale la cara Vikingo, dale fuerte.