Cada mañana el sol nos dio
en la cara al despertar.
Cada palabra que le pronuncié
la hacía soñar.
No era raro verla en el jardin
corriendo tras de mí
y yo dejándome alcanzar
sin duda, era feliz.
Era una buena idea
cada cosa sugerida,
ver la novela en la televisión
y contarnos todo.
Jugar eternamente
el juego limpio de la seducción.
Y las peleas terminarlas
siempre en el sillón.
Me va a extrañar, al despertar,
En sus paseos por el jardín
cuando la tarde llegue a su fin.
Me va a extrañar, al suspirar.
Porque el suspiro será por mí
porque el vacio la hará sufrir.
Me va a extrañar, y sentirá
que no habrá vida después de mí
que no se puede vivir así.
Me va a extrañar
cuando tenga ganas de
dormir y acariciar.
...
Al mediodía era una aventura en la cocina,
se divertía con mis ocurrencias, y reía.
Cada caricia le avivaba el fuego a nuestra chimenea
era sencillo pasar el invierno en compañía.
Me va a extrañar al despertar,
En sus paseos por el jardín,
cuando la tarde llegue a su fin.
Me va a extrañar al suspirar.
Porque el suspiro será por mí
porque el vacio la hará sufrir.
Me va a extrañar y sentirá
que no habrá vida después de mí
que no se puede vivir así.
Me va a extrañar
cuando el día llegue a su fin
y cuando tenga ganas de dormir
Me va a extrañar.