Qué Titungui Titungui ¡Cuchá, cuchá!
Qué Titungui Titungui ¡Cuchá, cuchá!
Qué Titungui Titungui ¡Cuchá, cuchá!
Qué Titungui Titungui ¡Cuchá, cuchá!
Tengo un amigo que te habla sin respiro;
nunca escucha lo que digo, él te habla bla bla blá.
Te deja la oreja más grande que una bandeja;
nunca de hablar te deja, sigue con su bla bla blá.
Por dónde camine que Titungui te sigue.
Si estás acostado que Titungui está a tu lado.
De callar a Titungui sólo hay una solución:
nos tapamos los oídos y cantamos su canción.
Qué Titungui Titungui, que no para de hablar.
Qué Titungui Titungui, que nunca se va a callar.
Qué Titungui Titungui, mi cabeza va a estallar.
Qué Titungui Titungui, las orejas se me caen.
Callarlo no hay modo, habla hasta por los codos.
Te repite como loro que lo escuches sin parar.
Callarlo no puedes, habla hasta con las paredes.
Qué Titungui Titungui, todo el día te tendrá.
Qué Titungui Titungui, que no para de hablar.
Qué Titungui Titungui, que nunca se va a callar.
Qué Titungui Titungui, mi cabeza va a estallar.
Qué Titungui Titungui, las orejas se me caen.
¡Cuchá, cuchá!
Con tanta charleta tengo la cabeza chueca.
Saquenme a este corneta que no para de hablar.
Su voz no se calla, mis oídos me ametralla.
Qué Titungui Titungui, no me deja de zumbar.
¡Cuchá, cuchá!
Aprendé este consejito: quedate bien calladito.
Si querés te lo repito: (cuchá, cuchá)
Si tenemos una boca y tenemos dos orejas
es para que hablemos menos y escuchemos mucho más.
¡Cuchá, cuchá!