Detrás de las sonrisas
que lucen tan amables
se esconde el despreciable
tu verdadero ser.
Por más que la maquilles
con frases elocuentes,
se asoma la serpiente
que pretendes esconder.
Yo observo con asombro
tu palida careta
y el odio que te aprieta
con fuerza el corazón.
Esconderás tu rostro
por no sentir la brisa
que sopla en la corniza
de la decepción.
Te conozco mascarita,
no me puedes engañar
y aunque nunca te lo quitas
sé que llevas un disfraz.
A pesar del esfuerzo,
dentro es un fracaso
y avanzas cada paso
retrocediendo dos.
La envidia que me tienes
va comiéndote de adentro
y va rumbo al encuentro
de otra gran desilusión.
El día que comprendas
que alcanza para todos
ya sabes el modo
de proyectar amor.
La vida es un instante
y no vale la pena
que con el alma llena
de odios y rencor.
Te conozco mascarita,
no me puedes engañar
y aunque nunca te lo quitas
sé que llevas un disfraz.
Te conozco mascarita,
no me puedes engañar
y aunque nunca te lo quitas
sé que llevas un disfraz,
sé que llevas un disfraz,
sé que llevas un disfraz...