Entre tus brazos fui mujer...
y por primera vez
descubrí cómo era ser
en cuerpo y alma, siempre fiel.
Era tan fácil alcanzar
la luna junto a ti,
que hoy que ya no estás aquí
no vale la pena vivir.
Tú... mi piel salada,
tú... sabor a miel;
tú... huella en mi almohada
matándome de sed.
Yo... paloma herida,
voy por la vida buscándote.
Cierro los ojos a la luz
y busco en el azul
el recuerdo, cada vez
que el mundo me hace perder pie.
Quema tu boca igual que ayer
y tu respiración
pone loca sin querer
la sangre de mi corazón.
Tú... mi piel salada,
tú... sabor a miel;
tú huella en mi almohada
matándome de sed.
Yo... paloma herida,
voy por la vida buscándote.
Tú... mi piel salada,
tú... sabor a miel;
tú... huella en mi almohada
matándome de sed.
Yo... paloma herida,
voy por la vida buscándote.
