Persigo el ambiente donde las convulsiones
son ardientes, candentes,
y las proposiciones van delante y de frente,
buscando el tema en la habitación.
Derecho a buscarte,
como un ciclón por la pista de baile sin aire,
de timidez buscando la manera de atarte,
de contagiarnos el descontrol.
No me hagas promesas
que no vas a echarme de menos.
Pongamos a Dios por testigo del fin de este duelo.
Yo quiero a la loca, que hay bajo tu ropa
si voy a llenarte de besos.
Si tienes las ganas, puede que en la cama
te salgan baratos mis huesos.
Yo quiero a la loca, que hay bajo tu ropa
si voy a llenarte de besos.
Si tienes las ganas, puede que en la cama
te salgan baratos mis huesos.
No pises en vano con esas botas de tacón cubano,
no es sano que aplastes el placer
que yo te ofrezco en mis manos,
en las entrañas del ascensor.
Dispuesto a mirarte como te luces para desnudarte
y tocarte, buscando el punto débil de la vida y del arte,
pasando del rollo del amor.
No me hagas promesas
que no vas a echarme de menos.
Pongamos a Dios por testigo del fin de este duelo.
Yo quiero a la loca, que hay bajo tu ropa
si voy a llenarte de besos.
Si tienes las ganas, puede que en la cama
te salgan baratos mis huesos.
Yo quiero a la loca, que hay bajo tu ropa
si voy a llenarte de besos.
Si tienes las ganas, puede que en la cama
te salgan baratos mis huesos.
Yo quiero a la loca, que hay bajo tu ropa
si voy a llenarte de besos.
Si tienes las ganas, puede que en la cama
te salgan baratos mis huesos.