Con la sinceridad de los suicidas,
te he escrito cuatro letras
que leerás algún día.
No esperes encontrar mi despedida,
yo no voy a marcharme
hasta que tu me lo pidas.
Ya casi no me desvelo,
de noche, echándolo de menos.
Me sirve de consuelo,
pero en balde sigo siendo
todo un fraude, y no lo entiendo.
Déjalo estar, no pudo ser,
tendré que acostumbrarme.
Días de paz, lunas de miel,
duraron un instante.
¿Quién va a curar de mi todos mis males?
Echo la vista atrás y sigo siendo el más cobarde.
Con la sinceridad de los suicidas
te digo la verdad
aunque tu no me lo pidas.
Tenía que cuidar mi doble vida,
y no he podido darte
lo que tu merecías.
Ya casi no me desvelo.
Atándome una soga al cuello,
me sirve de consuelo.
Pero en balde sigo siendo
todo un fraude, y no lo entiendo.
Déjalo estar, no pudo ser,
tendré que acostumbrarme.
Días de paz, lunas de miel,
duraron un instante.
¿Quién va a curar de mi todos mis males?
Echo la vista atrás y sigo siendo el más cobarde.
Ooooooooh, oooooooh, oooooooh...
Déjalo estar, no pudo ser,
tendré que acostumbrarme.
Días de paz, lunas de miel,
duraron un instante.
¿Quién va a curar de mi todos mis males?
Echo la vista atrás...
¿Quién va a cambiar de mi todos mis planes?
Echo la vista atrás y sigo siendo el más cobarde.