Pon un crucifijo encima de tu cama,
ten hijos, sé mamá, atiende a la clientela,
ya los criará la abuela.
Busca un trabajo fijo, pijo, aparca esa novela,
aparca con ella tus sueños, corre cual gacela.
Recela del que vela por los suyos, vive en Babia,
contén la rabia, siempre dices: ‘Nada cambia',
pero sigues jugando a la quiniela,
sin tiempo del alma gemela, c´est la vie,
de la escuela a la esquela.
Siéntete una sanguijuela, chupa la sangre que puedas,
juzga vidas paralelas que anhelas con ansia.
Compra hasta que ya no quepa, suda tinta hasta que mueras,
15 días en Agosto ya pondrán distancia.
Llama a Sandro que te haga una mancia,
pídele consejo pa´ nadar en la abundancia,
persigue que tu psique vea sustancia en la ganancia,
tan rancia,
crece sé como tu jefe: pura intolerancia.
Estudia, llega lejos, farda bien del iPhone 7,
ante el espejo lágrimas que caen por el retrete,
sé un zoquete.
Apuesta en el tapete de la vida
hasta que no quede comida, tú la pidas y otro apriete.
Deja que te humillen, que maquillen tus principios,
somételos a juicio, verás que no quedan limpios.
Incendios en proa y popa en pleno Mar Angosto,
disfruta 15 días en Agosto.
Ten tu corazón y el alma en venta,
traga hasta reventar.
Tú esclava del macho, él sometido a la parienta,
o a un curro que aburre y no me alienta,
para dos semanas de calma tras la tormenta.
A nadie le importa lo que sienta
si pago la cuenta,
olvidé regar mis días con sal y pimienta.
Mi alma ni lo intenta. Una muerte lenta.
Puede que mañana me arrepienta.
El fuego te quema dentro, toma una decisión drástica:
rápate, tatúate en cada puño una esvástica.
Siéntete supremo hasta el extremo, busca memos,
júntate con ellos, grita odio, vístete la elástica
de tu región o tus ideas, quizá de tu equipo.
Quizá seas un vacío tras un logotipo
que necesita marcas para definir quién es,
poco abarcas, las parcas ya te pararán los pies.
Siente la falta de aire inexorable, sé responsable,
permite que el status sea el que hable;
no vayas a decir algo inapropiado.
Perdiste la palabra hace tanto que no es raro andar callado.
Congratula al entorno, ten a tu esposa de adorno,
apaga el horno.
Machaca fantasías viendo porno, a todas horas.
Acoge modas, toma drogas, funde ropas, copas, para paliar el bochorno,
que llega el fresco del verano solo en doce meses,
un año de ser un extraño esclavo de los intereses.
No te tenses, (no) no expreses y
que tu familia pague los reveses.
A veces tan alicaído que apenas contestas
si preguntan tus amigos si no vas de fiesta.
¿Quién te prestará una vida?
Dices: ‘Marcho y reposto,
y vivo 15 días en Agosto'.
Ten tu corazón y el alma en venta,
traga hasta reventar.
Tú esclava del macho, él sometido a la parienta,
o a un curro que aburre y no me alienta,
para dos semanas de calma tras la tormenta.
A nadie le importa lo que sienta
si pago la cuenta,
olvidé regar mis días con sal y pimienta.
Mi alma ni lo intenta. Una muerte lenta.
Puede que mañana me arrepienta.
(Oh) Pierde la fe, pega a tus críos, gritan mucho.
Dobla cafés, dobla turnos, dobla tus valores.
Muerde el polvo, vive sordo, afila tu serrucho.
Córtate las venas flojo, no sea que empeores.
Sufre los rencores de tu novia, sus celos insanos,
No robes lo que un banquero o te quedas sin manos.
Ve deprisa, frena, ten una actitud sumisa
en misa, seca tu sonrisa con la deuda de tres Visas.
¿Quéjate bien fuerte? ¡Cómete una porra!
Amarra el sueño de ser libre, que se pudra en la mazmorra.
Coge gonorrea, sida, respira mercurio,
es Julio, borra tus deseos pero sobre todo ahorra.
Vive lento, paga impuestos, muere, juega al mus,
ofrécele tu plus a la estampita del niño Jesús.
Goza la mentira, el sueño americano en bus,
viaja a Torrevieja no a tu yate de Puerto Banús.
Siente repelús, admira lo que nunca tengas,
ríe las palmadas en la espalda, las arengas
de la gente que te mira por encima siempre,
y que te habla como a un tonto en actitud condescendiente.
Adora la tele, venera la mugre, frivoliza
con tu esposa hecha ceniza, tú con la maciza en Suiza.
Reza por un Vega Sicilia, bebe mosto,
y goza 15 días en Agosto.
Ten tu corazón y el alma en venta,
traga hasta reventar.
Tú esclava del macho, él sometido a la parienta,
o a un curro que aburre y no me alienta,
para dos semanas de calma tras la tormenta.
A nadie le importa lo que sienta
si pago la cuenta,
olvidé regar mis días con sal y pimienta.
Mi alma ni lo intenta. Una muerte lenta.
Puede que mañana me arrepienta.