Imagina que te sientes diferente,
que te tratan raro, que hay algo en la gente
que te da reparo, vas contracorriente,
ya de adolescente eres tu propio referente,
un tanto irreverente pero en mente tienes algo claro.
En tu alma llueve a cántaros
y en la del resto sale el sol,
un griego entre los bárbaros,
escaso como un sí bemol.
‘Beat ´em all' como lema, yo no soy la masa,
no sé qué les pasa, metas pasan,
pero yo hice call.
Siempre dispuesto a la apuesta,
a la gesta de prestar tu manifiesto
al que te siente y al que te detesta.
Y una orquesta está en tus cascos
gritando a viva voz una respuesta ante los chascos,
los fiascos y las despedidas.
Sabes lo que cuesta responder un no,
sabes que al hacerlo todo tu ser se llenó,
(no) no es nada concreto, no es proselitismo,
es más por el respeto que te entregas a ti mismo.
Así que con dolor le dices chao a aquel amor,
a aquellas amistades
que vuelan como el vaho de las ciudades.
Imagina que le cuentas tus intimidades
a una hoja blanca
y vuelcas los infiernos de tu Hades de forma tan franca
que otro se identifica,
que tu verso le inquieta
porque cuentas su parte secreta en tu libreta,
y hace volteretas el corazón que presta atención,
surge una pasión
¿Te imaginas que pudieras ser poeta?
Imagina, que te juzgan que no te hacen daño
porque tu humildad y tu ego tienen el mismo tamaño.
Imagina, que tu sueño se hace realidad
que el miedo cede frente al fuego de tu voluntad.
Imagina, que las líneas duermen en tu almohada
y nadie imaginaba que fueras capaz de nada.
Imagina, porque a veces tras esa neblina
surge la persona que hace cosas que nadie imagina.
Imagina que no lo haces mal del todo,
amigos te repudian,
dicen que pierdes el tiempo,
que debes estudiar.
Que tus quimeras no pagarán las facturas,
que vendrá la lluvia y las pasarás putas si no te apresuras
a pasar por el aro.
Con el beso de Judas
te estrecharán la mano,
murmurando: ‘A ver si maduras'.
Sudas porque sabes que hay cerraduras
que si no se abren ahora ya no van a hacerlo nunca.
Imagina que conservas la fe
ante la mentira del cínico,
aunque no sepas qué hacer
en el momento más crítico.
Que tu cuaderno es tu designio bíblico,
tu sangre, tu Levítico,
tu Código Científico.
Que va tu estado anímico en cada paso que das,
que un corazón analítico quizá es para los demás,
para ti, un palo.
Tú que vuelas cual pájaro en su párrafo
y la escritura es tu bálsamo
y observas la vida como un regalo.
Así que con tesón prosigues tu camino,
solo, pero no tan solo si caminas contigo.
Y poco a poco otros suben a tu tren,
cansados de esperar en el andén
de vivir otra piel
y cada vez son más.
¿Te imaginas que tus páginas surcan el globo
en miles de personas cálidas después de todo?
¿Te imaginas que tu sueño se vuelve real
y puedes compartirte en cientos de escenarios al final?
Imagina, que te juzgan que no te hacen daño
porque tu humildad y tu ego tienen el mismo tamaño.
Imagina, que tu sueño se hace realidad
que el miedo cede frente al fuego de tu voluntad.
Imagina, que las líneas duermen en tu almohada
y nadie imaginaba que fueras capaz de nada.
Imagina, porque a veces tras esa neblina
surge la persona que hace cosas que nadie imagina.
